La escultura se conoce como Diana de Versalles porque durante mucho tiempo estuvo decorando el famoso palacio francés. La figura original llegó a Francia hacia 1556, durante el reinado de Enrique II. Parece que fue un regalo político del Papa Pablo IV.
Primero se instaló en el Palacio de Fontainebleau. A principios del siglo XVII se trasladó al Palacio del Louvre. Y, a mediados del mismo siglo, Luis XIV se la llevó a Versalles, de donde tomó su nombre.
Representa a la diosa romana Diana o Artemisa griega. Como diosa de la caza lleva a su espalda un carcaj con flechas. Como protectora de la naturaleza está acompañada por un ciervo.
Durante mucho tiempo se creyó que la estatua era un original griego del siglo IV a.C. y que formaba pareja con otra famosa escultura (que también puede verse en el Museo), el Apolo del Belvedere. Hoy se cree que es una copia romana de una estatua griega perdida.