Afrodita, para muchos de nosotros la diosa del amor en la antigua Grecia, ha sido la protagonista de esta exposición temporal del Museo de Reproducciones que ha desgranado el complejo universo de la divinidad y nos ha permitido admirar muchas de las reproducciones de la Colección que la tienen como inspiración.
Aunque en pleno siglo XXI consideramos a Afrodita la divinidad griega del amor, para los antiguos griegos la diosa tenía una personalidad compleja que más que ese amor romántico que nos anuncia hoy la imagen de su hijo, Eros, la convertía una fuerza desatada de la Naturaleza que tenía por costumbre provocar las pasiones más desenfrenadas y desatar el caos a su paso.